La crisis económica y las crisis de pareja

 

Sorpresa. La  verdad es que los datos que acaba de publicar el Consejo General del Poder Judicial relativos a las nulidades, divorcios y separaciones que hubo en todo el estado en el año 2013  no son las que esperaba. Después de tocar fondo en 2009 y 2010, a causa de la crisis económica, esas cifras habían iniciado un tímido repunte en 2011 y habían crecido de manera notable  en el año 2012. Pero, en cambio, el 2013 ha visto un nuevo frenazo: separaciones y  divorcios han descendido un 1,7%  en toda España, un 1% en  Catalunya.  ¿Esta vez, tiene algo que ver la crisis económica?

Veamos. En términos generales, divorciarse supone un empobrecimiento. Supone haber de montar un nuevo piso, haber de pagar dos recibos en lugar de uno, haber de doblar gastos que, hasta entonces, habían sido compartidos... Esa fué la razón que motivó el acusado descenso de las cifras de divorcios y separaciones, una vez que la crisis económica dejó claro que no se trataba de algo pasajero.  Muchas parejas decidieron aguantar como pudieran, con el desgaste emocional que ello suponía.

Pero, claro,  aguantar, lo que se dice aguantar, no  puede hacerse de manera indefinida. Cuando quedó claro que la situación económica no tenia trazas de mejorar de un día para otro, una buena parte de esas parejas acabó explotando y, a pesar de todo, pusieron en marcha sus divorcios. En mi opinión, ese fue el motivo fundamental del repunte de 2011 y, sobre todo, de 2012. Ahora, pienso, ha habido un retorno pausado a la normalidad y las cifras del año 2013 resultan sensiblemente similares a las de 2011.

La crisis económica, pero, tiene dos efectos más muy marcados: el aumento de las demandas de modificación de medidas y el incremento, también, de las demandas de guarda y alimentos para hijos no matrimoniales.

La ley marca que, cuando las circunstancias que había en el momento de dictar sentencia  hubieran variado de manera sustancial, se puede solicitar la modificación de las medidas que esa sentencia estableció. Imaginemos un padre que debe pagar 600 euros mensuales por alimentos,  que pierde su trabajo y, más adelante, ve como se le agota el subsidio de desocupación sin haber podido encontrar un nuevo trabajo. Es el caso típico en que se inicia un procedimiento de modificación de medidas que, si todo resulta bien probado, acostumbra a acabar en una reducción de la cantidad a pagar por alimentos. Pues bien, este tipo de procedimientos  ha aumentado en  un 12,2% en Catalunya,  con un incremento muy similar en el resto del estado.

Y, por otro lado, están las llamadas demandas de guarda y alimentos para hijos no matrimoniales. Dicho en otras palabras, los “divorcios” de las parejas de hecho. En principio, se trata de parejas que no quieren “papeles” y que prefieren arreglarlo todo “entre ellos”...  Pero también aquí la crisis económica aprieta y cada vez son más las parejas que, finalmente, sí que quieren “papeles” porque, o bien no se han puesto de acuerdo,  o bien quieren que todo quede “claro y bien escrito”. En Catalunya, este tipo de demandas ha crecido en un 7,5% en relación a las del  2012.

Hay que decir que las cifras catalanas siguen las mismas tendencias que las estatales, con la salvedad de que se da un porcentaje más elevado de expedientes que se resuelven  de común acuerdo. En Catalunya, dos de cada tres crisis matrimoniales se resuelven de común acuerdo, mientras que el promedio de todo el estado apenas supera el 50%.