Las capitulaciones matrimoniales

 

 

Cada día son más frecuentes las consultas que los abogados de familia, especialistas en separaciones y divorcios, recibimos a propósito de las capitulaciones matrimoniales y de los pactos en previsión de ruptura matrimonial. Dedicaremos este escrito a las capitulaciones (o capítulos) matrimoniales y dejaremos los pactos en previsión de ruptura para otra ocasión.

Las capitulaciones matrimoniales son un contrato vinculado al matrimonio, cuya eficacia depende de la celebración del matrimonio y cuyo contenido puede ser de lo más diverso: se puede pactar o modificar el régimen económico matrimonial (separación de bienes, gananciales, participación en ganancias etc..), se pueden efectuar pactos sucesorios, se pueden  formalizar donaciones e, incluso, se pueden concluir esos pactos en previsión de ruptura matrimonial de los que hablaremos otro día. Ninguno de esos contenidos es esencial e imprescindible, pero todos ellos pueden incluirse en unas capitulaciones matrimoniales.

En atención a su importancia y trascendencia jurídica, deben otorgarse en escritura pública, y pueden hacerse antes o después de la celebración del matrimonio. Los otorgados antes  del matrimonio sólo producen efectos a partir de la celebración del mismo y caducan si éste  no llega a celebrarse en el plazo de un año. El requisito de la escritura pública implica que las capitulaciones deben concluirse ante Notario y con asesoramiento legal previo. Para que tengan pleno efecto, será necesaria su mención expresa en la inscripción del matrimonio en el Registro Civil; de lo contrario, las capitulaciones no gozarían de publicidad y no sería posible hacerlas valer  ante terceros (por ejemplo, acreedores).

Las capitulaciones pueden modificarse en cualquier momento por acuerdo de todos los firmantes.

Desde un punto de vista práctico, las capitulaciones matrimoniales son un muy buen instrumento jurídico para que los cónyuges o futuros cónyuges regulen las relaciones económicas y patrimoniales que se puedan derivar de su matrimonio. Como en casi todos los temas legales relativos al ámbito familiar, un buen asesoramiento legal resulta imprescindible.