Más divorcios.¿El fin de la crisis?

 

Los datos  del  Consejo General del Poder Judicial son contundentes: durante el año 2014, las demandas de divorcio, separación o nulidad  matrimonial crecieron un 6,9%  en relación al año anterior. Y, dentro de todas estas crisis matrimoniales,  se observa también un aumento considerable de las que se resuelven de común acuerdo, sin tener que ir  a parar a un procedimiento contencioso. Son cifras que se colocan al nivel de las que hubo en  2008, antes del inicio de la crisis,  y, en algunos casos, incluso las superan.

¿Significa, ello, que la gente se quiere menos y que el matrimonio, como institución, ha pasado definitivamente a la historia? No, seguramente no significa eso. Hay, en cambio, otra explicación que tiene más que ver con la crisis económica.

Divorciarse, separarse, significa siempre un cierto empobrecimiento. El desenlace de una crisis matrimonial suele resultar caro. Y no por lo que haya que pagar a abogado y procurador. Resulta caro porque donde antes había un hogar, ahora hay dos; donde antes se compartían los gastos, ahora hay que afrontarlos en solitario. Ello ocasionó que, cuando la crisis económica hizo acto de presencia, muchas parejas se lo pensaran dos veces antes de poner fin a su convivencia.

Pero, claro, lo que no funciona, no funciona... Y una situación de convivencia forzada se puede mantener durante un cierto tiempo, pero no de manera indefinida.  Además,  si al cabo de un par de años ya resulta evidente que las crisis,  la matrimonial y la económica, son allá para quedarse y no para marcharse rápidamente, pues es lógico que las parejas con problemas acaben por no aguantarse y den el paso que no se atrevieron a dar un tiempo atrás.

Ello explicaría la ligera recuperación que la cifra de divorcios y separaciones experimentó los años 2012 i 2013, tras haber tocado fondo el año 2011. De un tiempo a esta parte, además, se ha extendido la idea de que la crisis económica ha tocado fondo y que, aunque lentamente, la recuperación ya ha comenzado, y aquí podemos encontrar la explicación del incremento notable que se ha registrado en el año 2014.

No obstante, los efectos de la crisis aún son muy visibles. Por un lado, son la principal explicación del aumento, cercano al 8%, de las demandas de separación o divorcio de común acuerdo. Pactar siempre resulta mejor y más barato que tener que ir a discutir ante un juez. Pero donde la crisis económica se manifiesta más claramente es en las demandas de modificación de medidas,  alrededor de un 13% más que en el año 2013, la gran mayoría de ellas en solicitud de una reducción de las cantidades señaladas como prestación de alimentos.

A modo de curiosidad, las Canarias sigue siendo la comunidad en que la gente se separa o se divorcia más (3,3 demandas por cada mil habitantes),  seguida de la Comunitat Valenciana (3,2) y Catalunya (3,1). Quienes menos se divorcian son los de Castilla-León (2,2).