Crisis de familia: tendencias

 

En los últimos quince años, el número de divorcios que se registran anualmente en España se ha triplicado,  de 37.586 en 2001 a 114.019 en 2016, mientras que el número de separaciones ha caído un 91 %, de 65.555 a 5.840. Desde el año 2009, el número de disoluciones matrimoniales en conjunto se ha estabilizado alrededor de las 120.000 anuales. Son datos del Consejo General del Poder Judicial relativos al período comprendido entre 2001 y 2016.

¿Quiere ello decir que las cifras de las crisis de pareja han alcanzado, ya, un nivel de una cierta estabilidad? Pues no. Divorcios y separaciones no lo son todo. En realidad, a cada año que pasa, su importancia relativa disminuye. Y ello es debido al incremento de las llamadas parejas de hecho o parejas estables...que, obviamente, también tienen sus crisis.  Y, ahí, las cifras se han multiplicado por tres desde el año 2006: las demandas de medidas de guarda y alimentos para hijos menores no matrimoniales han pasado de 16.122 en 2006 a 46.623 el año pasado... Y todo ello sin olvidar la dificultad de cuantificar las parejas de hecho, sin hijos, que se disuelven sin que quede constancia de ello.

Canarias, Cataluña, Comunitat Valenciana, Asturias, Baleares y Andalucía son las comunidades en las que hay mayor número de demandas por divorcio presentadas por cada 100.000 habitantes, mientras que Castilla y Léon y Extremadura, están en el otro extremo.

La estadística publicada  por el Consejo General del Poder Judicial evidencia una reducción drástica en las separaciones y  un correlativo  incremento de los divorcios a partir de 2005,  cuando cambió la legislación  para permitir la disolución por divorcio directamente, sin la fase previa de separación. Así, las estadísticas dan un vuelco de tal forma que si el año anterior al cambio de la ley había un 39 % de divorcios y un 61 % de separaciones, en 2006 pasan a 91 % frente a un 8,8 % y en 2015 un 94,9 % y 5 por ciento.

Respecto a la evolución total de las rupturas, durante el periodo de la crisis (a partir de 2007) comienza un descenso en todas sus modalidades, hasta que en 2014 se observa un repunte, especialmente de divorcios. Según la estadística judicial, la crisis económica también ha tenido efecto en los cambios de medidas matrimoniales -que regulan las relaciones tras la ruptura-, que entre 2006 y 2016 se han triplicado, tanto en las disoluciones consensuadas como en las contenciosas. En 2016, se produjeron 44.231 modificaciones de medidas, mientras que en el año 2006 la cifra había sido de 13.145.

Todas las cifras proceden del Consejo General del Poder Judicial.